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¡Hola!

Este blog es un lugar, un lugar en movimiento para compartir.

Compartir los viajes, los paisajes, las vivencias, las alegrías, las reflexiones y, por qué no, las penas, que, esperamos, no sean muchas.

¿Por qué territorio? Porque es la tierra que nos aloja y es, también, el aire, el mundo material y simbólico, las ilusiones y herencias que también nos sostienen.

¿Por qué en movimiento? Porque, al movernos, lo cambiaremos y será cambiado. Por el paisaje, la gente, el camino, otros soles, nuevas lluvias; en este desafío de trasladarnos con nuestro territorio a largo plazo, en el tiempo y en el espacio.

¡Suban con nosotros y acompáñennos! ¡Pongámonos en movimiento!

Adriana y Nelson


18 abr 2013

Isla de Margarita


14-03-13. Felices, a las 6,30 hs ya estábamos recorriendo las distintas playas de la Isla en busca de “El Lugar” para pasar varios días. Por suerte el dolor por la torcedura del pie, con antiinflamatorios y ciertos cuidados, fue cediendo y no interrumpió los paseos esperados.


En la primera etapa pasamos por Porlamar, Playa Guacuco, El Cardón, El Tirano, Parguito, El Agua, Manzanillo y nos quedamos en Juan Griego.

Porlamar: ciudad que apenas rozamos. Estacionamos y fuimos a hacer compras de comestibles y productos básicos (¡conseguimos papel higiénico cuando ya se nos estaba acabando!), a la vuelta el “cuidador” del vehículo no quedó satisfecho con el dinero que, a regañadientes, le dábamos. La amplia charla que se produjo, culminó con la duplicación del monto ofrecido inicialmente, (le terminamos dando BF 2. Sí, una miseria pero no nos gustan ciertos tipos de “trabajos” que alguna gente hace).

Los maniquíes manifiestan el ideal de estética femenina venezolana.
Playa El Agua: Llena de bares y restaurants, agencias de viaje con carteles en inglés, hoteles cruzando la calle, miríada de vendedores ambulantes (buhoneros, les dicen en Venezuela). Lamentablemente las sombras de las palmeras están ocupadas por las reposeras que se alquilan. Aprovechamos para caminar bastante.

Playa Manzanillo: Se trata de una pequeña y tranquila playa, ocupada básicamente por los botes de los pescadores. Se encuentran pocos lugares para comer.




















Juan Griego: Poblado sencillo, aunque con muchos comercios, no es tan turístico como El Agua y por eso nos sentimos más cómodos allí.


La primera noche la pasamos en un estacionamiento público frente a la Guardia Nacional, al costado del Mar Caribe, desde donde pudimos ver el hermoso atardecer entre los barcos pesqueros y las palmeras.



Los tres días siguientes estuvimos en un hotel y aprovechamos para comunicarnos con los nuestros por Internet y recorrer los sitios cercanos.


Disfrutamos de una hermosa mañana y de una exquisita piña colada en Playa Zaragoza.
Visitamos el Fortín de la Galera del que, si bien no queda mucho de su construcción, el predio está muy arreglado y las vistas desde el cerro son muy agradables.

En Playa Caribe, después de caminarla de lado a lado, pasamos largo rato leyendo frente al mar. Cuando estacionamos, unos niños muy caraduras se acercaron a mentir que cuidarían el vehículo. Durante la tarde los fuimos viendo por otros lados de la playa, en grupo, lejos del estacionamiento. Pasadas unas horas, uno se acerca a nuestros sillones de lectura y nos dice: “Argentinos, yo ya me tengo que ir”. Lo miramos y le decimos “Bueno”, a lo que agrega “¿Y la propina?”. Le explicamos que vimos que cerca de la Master no había nadie cuidándola, entonces pide algo para la merienda.

En Playa Galera alquilamos reposeras y sombrilla, pasamos el día entre baños en el fantástico mar, lecturas y caminatas al atardecer, en un auténtico y plácido día de playa.



















En la segunda etapa del recorrido conocimos:

La Guardia: Inicio del Parque Nacional Laguna de la Restinga, este pequeño y tranquilo poblado “compite” por los mejores atardeceres con Juan Griego. Por cierto, vimos una puesta de sol espectacular! Ah también desplegamos el toldo para almorzar (lo cual no es algo habitual, por la dificultad para encontrar un lugar adecuado).


También en la Isla se prepara el nuevo escenario.




















Por rutas cada vez más solitarias y pueblitos más pequeños, llegamos al extremo de la isla.




















Punta Arenas: En esta minúscula población de pescadores escapamos de la continuidad de restaurants y estructuras con toldos y reposeras, para estacionar cerca de “La Churuata de Raquel y Gustavo”. Allí conocimos a Bianca y Alejandro, dos argentinos que hacía un mes acampaban junto al comercio.

Nos relacionamos básicamente con un grupo de niños, hijos de pescadores y pescadores ellos mismos que,  vivaces y muy curiosos no tenían reparos en entrar a la casita sin invitación. 

Aprendimos mucho de ellos, cuando nos íbamos preguntaron: “¿cuándo vuelven?” .

Con Bianca y Alejandro.



















Playa El Yaque: destino internacional, sobre todo para practicar deportes de viento: wind surf y kite surf. Alegre, jovial, con edificaciones modernas, bares y restaurants caros, todo muy cool. 

La hermosa playa es muy pequeña, sus aguas son de color turquesa. También “hay que colaborar” para estacionar o, como hicimos, aparcar en un lugar más alejado.



















Conferry nos regaló otra hermosa tarde en la Isla Margarita (ver post anterior).


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